Las 4C de los diamantes son cuatro propiedades que dan una idea de su calidad y sirven para identificarlos. Por lo tanto, la calidad de los diamantes se traduce en:
- Carat (Quilates): de esta manera se expresa el peso de la piedra. Un quilate equivale a 0,20 gramos y su nombre procede de una semilla de algarrobo que se utilizaba antiguamente para medir los diamantes. Podemos decir que este es uno de los criterios más determinantes a la hora de fijar el precio de un diamante.
- Color (Color): cuanto más blanco sea el color de un diamante, más excepcional es. Se puede clasificar el color utilizando una escala de la D a la U, por orden alfabético. La D indicaría un blanco excepcional y la U con color amarillo.
- Clarity (Pureza): existen imperfecciones naturales que pueden aparecer en un diamante y que pueden afectar a su calidad. La pureza de un diamante depende del número de inclusiones, de su volumen y de su posición.
- Cut (Tallado): el parámetro más determinante es, sin duda alguna, el tamaño del diamante, su simetría y su equilibrio, ni demasiado alto ni demasiado plano. Existen diversos tipos de tallas, las principales son: brillante, princesa, oval, pera, radiante, marquesa, corazón, esmeralda, cojín y triangular.
Podemos afirmar que las 4C constituyen excelentes indicadores de la excepcionalidad de los diamantes, pero no nos permiten determinar la belleza de una piedra.
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